La siguiente parada fue la ciudad de
Mérida, a 18 horas en autobús desde Veracruz. Aquí sólo estuve unas horas ya
que en realidad mi destino era Valladolid, pero tenía que hacer esta parada.
No vi mucho, aunque sí tuve la oportunidad
de perderme un poco por la ciudad, que tiene una catedral bastante bonita y
muchísimos sitios donde probar la comida autóctona, que además es muy barata.
Cuando al fin llegué a Valladolid me quedé
maravillada por lo bonita que es esta ciudad; con sus casas de estilo colonial,
las calles adoquinadas y el parque del centro de la ciudad, justo frente a la
catedral.
Me enamoré del ambiente de este lugar,
aunque he de advertiros que es muy turístico, por lo que si tenéis acento
extranjero o no habláis español, os acabarán cobrando más por todo. Lo siento,
pero es así, por lo que os aconsejo que intentéis conocer a alguien de allí,
que os diga cuales son los precios normales de las cosas.
Para alojarse hay un montón de opciones
baratas, como son los hostales, que te cobran sobre 100 pesos la noche (5
euros) y que la verdad están bastante bien en cuanto a higiene y localización.
Igualmente para comer, siempre puedes
explorar un poco la ciudad y encontrar sitios de comida local muy baratos.
Recomiendo probar la cochinita pibil, que es típica de esta zona. También está
la opción de buscar un Oxxo (tiendas 24 horas) y comer algo ahí. Y si buscas
darte un capricho, al rededor del parque del centro (Parque Francisco Cantón)
hay un montón de restaurantes, que aunque son un poco más caros (sobre 300
pesos/15 euros comer y tomar algo), ofrecen más variedad de comidas.
Mañana más sobre la visita a Valladolid y sobre todo LOS CENOTES.
Para ver más del viaje haz clic aquí.
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